Cuando Tomes Una Clase, Toma La Clase

Cuando regresamos de nuestro primer entrenamiento, nuestros buenos amigos y mentores---David y Ken--- nos dieron un consejo importante: Cuando tomes una clase, toma la clase. Ellos explicaron que al progresar como maestro(a) de yoga, tu idea de lo que es correcto, bueno, efectivo, etc., crecerá. Será más y más difícil tomar clases sin ser crítico, o mas peor, arrogante.

Esto se volverá más difícil, porque claro, tenemos ideas de lo que una clase debe de ser. Aunque nos seamos un maestro(a), sabemos lo que nos gusta y no nos gusta. Mientras que nunca deberías sentirte inseguro en una clase, no es apropiado decir ninguna objeción a la clase verbalmente o con tus acciones. Si el maestro(a) te pregunta por tu opinión, es diferente. De otra manera tú eres el estudiante y el maestro(a) es el maestro(a). Al estar en la clase, aceptamos las responsabilidades del estudiante: aprender, escuchar y practicar.
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Al progresar como yogis, esto se vuelve más importante, no menos. Aprendemos que todos tenemos ideas que hemos construido, y parte de la práctica es notar y tratar de silenciar estas ideas. Durante una clase de yoga, no es nuestro trabajo educar al maestro(a) sobre los errores que han cometido. En ese momento, todo lo que haría es llevarnos bajo el camino incorrecto al faltarle al respeto al maestro(a) y hacer crecer nuestro propio ego. Claro, no es lo mismo que no tener opiniones. Más bien es simplemente una oportunidad para practicar la humildad. Todos tenemos opiniones, incluso opiniones fuertes que forman la fundación de la que enseñamos. Cuando escojamos tomar una clase, debemos tomar la clase.